Tu perro sí sonríe, o mejor dicho, tu perro sí te sonríe.
Es viernes 1 de octubre y como cada primer viernes de octubre desde 1999, se celebra el Día Mundial de la Sonrisa. La idea surgió del artista comercial Harvey Ball, autor de la Smiley Face, esa carita sonriente tan famosa que entró en nuestros hogares a finales de los 90. Harvey pensó que deberíamos al menos dedicar un día al año a la sonrisa y la felicidad y explicaba que su carita sonriente no conocía de política, geografía ni religión...
Hoy te contamos que la sonrisa tampoco es algo exclusivo de nosotros, los humanos.
Y es que... tenías razón! No eran imaginaciones tuyas...Tu perro sonríe, los perros sonríen... O mejor dicho, ¡Nos sonríen! Es decir, este comportamiento no lo tienen entre ellos, si no que se da cuando se relacionan con los humanos. Hace más de 100.000 años, cuando nuestros antepasados y los lobos comenzaron a relacionarse y a convivir con los humanos, comenzó una evolución, física y neurológica en ellos que, entre otras muchas cosas, enseñó a los perros a sonreír para estar un poquito más cerca de nosotros y entendernos mejor.
En el pasado, lobos y humanos no eran buenos amigos, pero algunos de estos lobos, más dóciles, decidieron quedarse a nuestro lado...y poco a poco fueron adaptándose y evolucionando para seguir con nosotros. No solo se hicieron más pequeños, surgiendo distintas razas, si no que también aprendieron a interpretar nuestras emociones para integrarse.
Sabemos que nuestros amigos de cuatro patas son más que capaces de entender cómo nos sentimos y ahora, la ciencia nos confirma que han aprendido a interpretar nuestra expresión facial como un gesto de felicidad y a imitarla, algo que sólo ellos son capaces de hacer. Aunque gorilas o chimpancés estén más cerca genéticamente de nuestra especie, no saben sonreír, pues su musculatura facial no se lo permite.
Pero... es que no sólo aprendieron a conquistarnos con su sonrisa....¿Cuántas veces has sido incapaz de resistirte a esa mirada? Esos ojos arrebatadores que reclaman comida, amor y cuidados... y a los que es casi imposible decir que no. Pues la culpa es de un pequeño músculo sobre la ceja, llamado LAOM, que no tienen los lobos pero que desarrollaron los perros, sí, ese músculo que les permite arquear las cejas y mostrar unos ojos enormes y encantadores, esa carita de bueno que casi te obliga a decirle a todo que sí...
Así que, ¡celebremos el Día de la Sonrisa! Compartamos una sonrisa, un par de risas, unas cuantas carcajadas...sonoras y contagiosas y cargadas de felicidad.