¿Cómo son capaces los perros de controlar el tiempo?
Quienes comparten su vida con perros ya habrán notado que, con frecuencia, se convierten en relojes de precisión que te avisan de que ha llegado su hora de ir de paseo, el momento del almuerzo e incluso cuando ya es el tiempo de que algún miembro de la familia regrese a casa: no te lo estás imaginando, nuestros perros son capaces de saber perfectamente qué hora es, o dicho de otro modo, cuando ha llegado el momento del día en el que pasará alguna cosa.
A nivel inconsciente, su cuerpo sabe en qué momento del día estamos, tiene interiorizados los ciclos de día y noche, tanto por la variación de la luz como por los cambios de temperatura.
No sólo eso: también son maestros expertos de la observación y cuentan con una herramienta excepcional: su extraordinario olfato. Sabemos que los perros tienen un olfato entre 10.000 y 100.000 veces más potente que el de los humanos, su trufa se convierte en un reloj biológico preciso que les permite saber qué hora es.
Los perros “huelen el tiempo” de un modo similar a como tú mirarías un reloj de arena. Los olores en una habitación se mueven según avanza el día: El aire caliente se eleva, circula en corrientes a lo largo de las paredes hasta el techo, se dirige al centro de la habitación y luego cae.
Cada persona tenemos un olor único procedente de las partículas de la piel y, cuando salimos de casa, esas partículas quedan “flotando en el ambiente” Con el paso de las horas, el olor se va atenuando. Es entonces cuando tu perrete pone en marcha la cuenta atrás en “su reloj”: Al lamerse la trufa, captura las partículas que dejaste con tu marcha y según la concentración de éstas, podrá saber cuánto tiempo ha pasado desde que te fuiste y, si sigues cierto horario, cuando es probable que regreses…
Pero éste no es el único truco con el que cuentan para controlar el tiempo; su intuición y capacidad de observación les permiten relacionar tus acciones o expresiones con una consecuencia. Y ¡son difíciles de engañar! Estudios de comportamiento han comprobado que son capaces de diferenciar cambios mínimos en tu expresión facial, tono de voz o postura corporal, así que ¡no te extrañe que no te crea cuando le ofreces un regalo si estás pensando en darle un baño….!