10 Síntomas relacionados con el cáncer en perros y gatos
En el Día Mundial Contra el Cáncer nos parece importante concienciar sobre esta enfermedad que desafortunadamente afecta tanto a humanos como a peludos y, aunque es un tema delicado y desagradable, queremos dedicarle un espacio de manera que nos ayude a detectarlo a tiempo y tratarlo debidamente, así que vamos a empezar contextualizando un poco.
Desgraciadamente, nuestros bichillos tienen más riesgo de contraer un cáncer que los humanos, especialmente en perros, debido a su metabolismo y sobretodo por la práctica de cruzarlos para conseguir ciertas razas.De hecho, según la Sociedad Veterinaria del Cáncer, uno de cada cuatro perros desarrollará algún tipo de cáncer; una enfermedad que afecta casi a la mitad de los perros y a un 32% a los gatos. Esta cifra, como podemos imaginar, se vuelve más fuerte en la madurez de nuestros colegas, así que es recomendable el chequeo ordinario a partir de los 6-8 años, dependiendo del tamaño de nuestro amigo. Porque es vital detectarlo a tiempo, cuanto antes detectemos el cáncer, mayores serán sus posibilidades de recibir un tratamiento eficaz, así que veamos 10 síntomas relacionados con el cáncer que podemos percibir simplemente observando a nuestro amigo.
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Ganglios linfáticos inflamados:
Estas “glándulas” se encuentran en todo el cuerpo, pero se detectan más fácilmente detrás de la mandíbula o detrás de la rodilla. Cuando estos ganglios linfáticos están agrandados, pueden sugerir una forma común de cáncer llamada linfoma. Una biopsia o citología de estos ganglios linfáticos agrandados puede ayudar en el diagnóstico.
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Un bulto que se agranda o cambia:
Cualquier protuberancia en una mascota que esté creciendo rápidamente o cambiando de textura o forma debe someterse a una biopsia. Por ello, hay que manosear mucho a nuestros bichillos.
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Inflamación abdominal:
Cuando el estómago o el abdomen se agranda rápidamente, esto puede sugerir una masa o tumor en el abdomen o puede indicar que está ocurriendo algún sangrado en este área. Una radiografía o una eco del abdomen pueden ser de gran utilidad para identificar el problema.
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Pérdida de peso crónica:
Nuestros colegas no hacen operación bikini, así que cuando percibas que está perdiendo peso sin motivo aparente, debes acudir al veterinario. No es diagnóstico como tal de cáncer, pero puede indicar que algo anda mal. Que le estés dando muchos disgustos, a lo mejor.
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Vómitos o diarrea
Aunque los vómitos o la diarrea puedan indicar diversas patologías, es importante acudir a examinarlo ya que, a menudo, los tumores del tracto gastrointestinal pueden causar vómitos y/o diarrea crónicos. Que esperemos que sea solo que haya comido algún alimento prohibido y le esté pasando factura, pero aún así, visita al veterinario inminente.
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Sangrado inexplicable:
Si percibes sangrado de la boca, nariz, genitales o encías que no se deba a un traumatismo, es recomendable consultar con el veterinario. Porque, aunque los trastornos hemorrágicos ocurren en nuestros bichillos sobre todo cuando son jóvenes, puede ser alarmante en despeluchaos mayores. Así que pendientes para examinarlo.
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Tos:
Si tu amiguito tiene una tos seca e improductiva, no, no tiene coronavirus. Es cierto que las causas de esta pueden ser múltiples, es importante que lo examines cuando percibas una frecuencia inusual, sobre todo en perretes y gatetes mayores.
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Cojera:
La cojera inexplicable, especialmente en perros de razas grandes, es un signo muy común de cáncer de hueso. Las radiografías del área afectada son útiles para detectar cáncer de hueso. Así que si nuestro amigo cojea, al veterinario para que lo vea.
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Esfuerzo para orinar:
Atentos al pipí de nuestro amigo. Sabemos que no es agradable invadir así su intimidad pero en este hábito podemos identificar patologías diversas. Así que si ves que hace mucho esfuerzo para orinar y ves sangre en la orina es posible que tenga una infección común del tracto urinario. Si esto no se controlan rápidamente con antibióticos o son recurrentes, el cáncer de vejiga puede estar detrás de esto.
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Olor bucal:
Si tu amigo empieza a experimentar un fuerte olor en la boca y ves que empieza a cambiar de comida dura a blanda, o cambios en su forma de masticar es conveniente comentarlo con el veterinario, ya que detrás de esto podría existir un tumor oral.
Así que, tratemos de pasar tiempo con nuestros amigos, acariciarlos mucho y reconocer sus hábitos para que cualquier cambio nos sea fácilmente identificable.